Como diseñadores de "información" se nos enseña sobre todo que necesitamos organizarla, transformarla y presentarla de tal manera que genere significados y estos se conviertan en conocimiento dependiendo el objetivo. ¿Pero que es la información? ¿Qué es eso que tenemos que diseñar y manipular para lograr ciertos objetivos?
¿Qué es la información?
En sentido estricto la información es un fenómeno que proporciona significado o sentido a las cosas. Existe una estrecha relación entre información y lo que son los "datos" que son percibidos por nuestros sentidos, los cuales los integran y esto es lo que genera la información, su representación por un cierto código.
Sin embargo, el valor de la información no es en sí misma tan poderosa como lo es su uso y aplicación, lo que nos hace querer describirla más allá de su definición.
El valor de la información es un tema que en la actualidad está teniendo repercusiones en la sociedad multicultural, Castells (2001) nos dice en su libro La sociedad Red, que la información es materia prima de la transformación tecnológica actual en su interacción con la economía y la sociedad.
Es decir, la información es actualmente el elemento más utilizado en la construcción de la identidad y del modo de vida actual del hombre, y me atrevo a mencionarlos como especie, porque si bien influye de manera mucho más poderosa sobre los que tienen acceso a las tecnologías de información, esta permea y afecta sin lugar a dudas a los estratos de capas inferiores (en está pirámide tecnológica).
Bajo este panorama, la información pasa de ser la interpretación de los datos a convertirse en una fuente de combustible cada vez más valiosa dentro de la nueva revolución tecnológica.
Es entonces necesario hablar en este intento de definición sobre lo que puede hacer la información. El manejo de la información es sin duda el movimiento más utilizado en esta época, en gran medida sustentado por las nuevas tecnologías. Pero ¿En dónde está el interés por moverla? Bueno nuevamente como menciona Castells (2001), el poder sigue rigiendo la sociedad; todavía nos da forma y nos domina y el nuevo poder reside en los códigos de información y en las imágenes de representación en torno a los cuales las sociedades organizan sus instituciones y la gente construye sus vidas y decide su conducta. La sede de este poder es la mente de la gente.
Podemos ver entonces que la información pasó de ser el manejo de los datos, a generar un movimiento social a través de la tecnología que permite la transmisión de ideas y mensajes, y entonces, quien controle esta actividad es hoy en día quien tiene el poder de manipular a las personas.
Este proceso no es nuevo, sin embargo, no hay duda de que cada vez está teniendo mayor alcance y así lo explica Castells (2001) cuando dice que, puesto que la información es una parte integral de toda actividad humana, todos los procesos de nuestra existencia individual y colectiva están directamente moldeados (aunque sin duda no determinados) por el nuevo medio tecnológico.
El acceso a la información está modificando mucho de los procesos de comunicación en varios ámbitos sociales. Por ejemplo, en la educación, el docente se ha convertido en un facilitador y no en la fuente interminable de datos incuestionable, mucho más evidente ahora con las nuevas tecnologías. En aspectos como la medicina, leía hace algunos meses precisamente en la red, un reportaje sobre la "cibercondria" que consiste en la auto consulta sobre afecciones médicas y como consecuencia una automedicación o tratamiento, derivado de un cuadro de ansiedad generado por la información presentada como resultado a la búsqueda de dolores comunes en las personas, dejando de lado a los especialistas médicos.
Sin embargo este fenómeno no es más que una consecuencia, como se mencionó anteriormente, de la interconexión de todo sistema o conjunto de relaciones que utilizan las nuevas tecnologías de la información. Castells (2001) menciona que la morfología de red parece estar bien adaptada para una complejidad de interacción creciente y para pautas de desarrollo impredecibles que surjan del poder creativo de esa interacción.
De esta forma la manera en que se está generando el conocimiento crece fuertemente por la información manejada en las redes sociales basadas en la interacción entre usuarios con intereses comunes a través de la computadora y el internet.
El tema es muy amplio sin embargo quisiera concluir que la información es hoy en día un factor de poder. Su manejo puede desde generar empatía y cordialidad hasta incluso ser culpable de una de las peores crisis económicas.
Hace algunos meses, precisamente al tener una discusión el clase sobre el estado actual del arte, el profesor mencionó algo que me permitió entender este poder. Nos contaba como un "artista" se dedicaba a conseguir obras a un precio relativamente bajo, y lo que hacía era presentarlas a un medio de gran poder en las artes como grandes "obras de arte" a de miles de dólares, y no solo eso, sino que el mismo a través de otras personas, compraba esas obras precisamente para generar una demanda lo cual incrementa evidentemente su valor.
Todo este manejo de la información no es más que un espectáculo, nos muestran el escenario pero no tras bambalinas. El problema es que la información llega a percibirse como objetiva -así como en los comienzos de la fotografía, lo que proyectaba era visto como real- a través de los nuevos medios.
REFERENCIAS
- Castells Manuel, La sociedad red, Siglo veintiuno editores. 2001.
- Castells Manuel, El poder de la identidad, Siglo veintiuno editores. 2001.
REFERENCIAS ELECTRÓNICAS
- Brizuela, A. (2007) Las 11 operaciones cognitivas del Diseño de Información. MDI Métodos de Visualización. Bitácora de Curso. Consultado en Abril 10, 2008 en http://dv51201.wordpress.com/2007/04/10/operaciones-cognitivas-del-diseno-de-informacion/
- Gallardo, A., Sierra, J. La 'cibercondría' empeora la salud de miles de usuarios de internet. El periodico.com. Consultado en Enero 18, 2008 en http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=570830&idseccio_PK=1021
domingo, 25 de enero de 2009
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